martes, 8 de marzo de 2022

Wangari Maathai, "la Mujer Árbol"

 

                    Wangari Maathai, la Mujer Árbol, la primera Mujer Africana ganadora del Premio Nobel de la paz.

 

Bióloga y ecologista, y con la conciencia clara que desde la política hay que actuar para mejorar la sostenibilidad, la vida de la gente y la de las generaciones futuras; y que eso depende del mantenimiento de los ecosistemas donde nacemos, vivimos y nos desarrollamos.
En la década de 1970, Maathai fundó el Movimiento Cinturón Verde, una organización no gubernamental ambiental centrada en la plantación de árboles, conservación del medio ambiente y en los derechos de las mujeres.

Más de 47 millones de árboles plantados gracias a su impulso. Su herencia incluye también una lección: la lucha por el medio ambiente es una suma de luchas. Puso bajo el mismo paraguas el desarrollo sostenible y los derechos humanos. A través de su trabajo como voluntaria en diversas asociaciones, le resultó evidente que la raíz de la mayoría de los problemas de Kenia estaba en la degradación medioambiental. "La paz en la Tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el medio ambiente” afirmaba.

Maathai se situó al frente de la lucha por el desarrollo económico, cultural y ecológicamente viable en Kenia y en África. Ese fue el motivo que llevó al comité del Nobel de la Paz a su concesión a la primera mujer africana. Al recibirlo en Oslo, la que algunos bautizaron como la MUJER ÁRBOL, dijo: "La industria y las instituciones internacionales deben comprender que la justicia económica, la equidad y la integridad ecológica valen más que los beneficios a toda costa".

Su labor, que sirvió como inspiración para muchos en la lucha por los derechos democráticos y el aliento a las mujeres para mejorar su situación, fue premiado por el Premio Nobel de la Paz de 2004 por su "contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz". Su perseverancia para mantenerse en pie, su capacidad para comprender las vicisitudes del mundo y el fomento al bienestar de los humanos, la convierten a Wangari Maathai, la “mujer árbol”, en un verdadero camino del líder.


En palabras suyas, la mejor recomendación:

“No hay nada más bello que cultivar la tierra al anochecer. En ese momento del día en las tierras altas, el aire y la tierra son frescos, el sol se está poniendo, la luz del sol es dorada sobre las cordilleras y las copas de los árboles, y suele haber brisa. Mientras retiras las hierbas y presionas la tierra alrededor de los cultivos te sientes feliz y desearías que la luz perdurara para poder cultivar más. La tierra y el agua, el aire y el fuego menguante del sol se combinan para formar los elementos esenciales de la vida y me revelan mi parentesco con la tierra”.

Fuente: https://blogsostenible.wordpress.com/

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