“¡Qué oportunidad, empezar a decir en Televisión lo que hay que decir y convencer a las gentes de este país que están acabando con lo mejor que tenemos, que son los animales, que es el paisaje, que es la integridad del medio ambiente, que son las leyes ecológicas!”.
“Me ha bastado pensar
que la Naturaleza pertenece a los niños para reanudar mi batalla encaminada a
la conservación de la fauna”.
Un día como hoy, hace 41 años, perdía la vida en tierras de Alaska, Félix Rodríguez de la Fuente.
Félix nació el 14 de marzo de 1928 en la pequeña localidad de Poza de la Sal, al norte de Burgos. Licenciado en Medicina y autodidacta en Biología, Rodríguez de la Fuente fue un personaje polifacético de gran carisma, con intereses intelectuales y aficiones muy diversas, desde la cetrería hasta el deporte, pasando por la Antropología y la Etología (en este ámbito se destacó como un gran estudioso del comportamiento de los lobos ibéricos, a los que llegó a conocer muy bien).
Entre 1968 y 1974 realizó la primera de sus grandes series, que le darían reconocimiento mundial especialmente en la comunidad hispanoparlante: El planeta azul. Rodada en blanco y negro, se llamó en una primera etapa Fauna y, luego, Vida salvaje.
Para RNE también colaboraría con programas como Planeta agua y Objetivo: salvar la naturaleza.
Pionero en la defensa de la naturaleza en nuestro país, realizó documentales para RTVE que forman parte de lo mejor de la historia de nuestra radio y televisión: su serie más ambiciosa y famosa fue El hombre y la Tierra, realizada entre 1975 y 1980.
Con sus impresionantes imágenes nos acercaba a los animales como si los tuviéramos al alcance de la mano, miles de niños y niñas aprendimos a conocer la fauna y a tomar conciencia de la importancia de preservar el medio ambiente. Aquel estomatólogo, biólogo autodidacta, cambió nuestras vidas. El “amigo Félix” nos enseñó a amar a los animales, a respetarlos e incluso a tomar cariño a especies tan denostadas como el “hermano lobo”.
Su popularidad le permitió comprometerse con todo tipo de causas, entre ellas, la protección y el salvamento de distintas especies animales en peligro de extinción, como el ya mencionado lobo, que probablemente le debe su supervivencia a Rodríguez de la Fuente, pero también el oso ibérico, el lince, el águila real, el águila imperial y el muflón.
De su mano, aprendimos a tomar conciencia del peligro de extinción que acechaba -y acecha- a multitud de especies y nos acercó de nuevo a nuestro lado más natural.
Su legado, un mensaje que siempre es actual, lo tenemos a nuestro alrededor años después: proteger el medio ambiente, cuidar la naturaleza y amar a los animales.
Video: "El Hombre y la Tierra" (Intro)
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